*larga carretera,
ausentes entes*
La
C
a
r
r
e
t
e
r
a
esta polvorizada de esqueletos
y los papeles amontonados como cadáveres-
cadáveres por lo inútil y lo blanco
sin horarios quien será el que
dé el primer recito
arrojados para darles exterminio
donde la voz del literato impotente no detener
el ardor de sus pupilas
La única recompensa que ganan los lápices,
el ramillete de molestos versos
balbuceando_ babeando pegajoso el lenguaje muerto_ roto
y como chef lleva a la boca la letra lírica.
Larga y eterna la senda,
el día pegando con más fuerza en los ojos,
¡deseo la oscura noche!
no fundir mas los sesos.
Los pasos no dejan huella
aunque prensan la tierra al removerla
con la asfixia propia de las yemas...
Rayos, relámpagos y toda la puntuación de vacíos
dislocando el pulso
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